sábado, 14 de junio de 2014

La tormenta de arena

Todo cambia.

Es algo que parece obvio, solo hace falta volver a visitar un lugar especial en el que no has estado en un tiempo para darte cuenta de que, aunque aparentemente es el mismo, al prestar más atención notas que ciertas cosas ya no son iguales. Un árbol que mirabas siempre sin saber bien por qué ya no está, un cuadro que te gustaba en ese bar al que ibas ha desaparecido. Es casi imperceptible a veces, pero cuando ves esos pequeños cambios te preguntas qué ha pasado. Algo no está en su sitio. El lugar especial ya no es el mismo.

Pero eso no es lo importante, ni mucho menos. Lo importante es darse cuenta de que si ese lugar ha cambiado, posiblemente tú lo hayas hecho también. Definitivamente tú lo has hecho también. Puedes seguir amando aquel lugar especial o puedes no hacerlo. Sobre todo, debes creer que los lugares especiales los creas tú. Siempre puedes construir uno nuevo, aunque sea muy complicado, aunque a veces pienses que no sea posible hacerlo.

No sé por qué, pensé en un libro que leí hace tiempo. Hablaba de cambiar....

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez.... Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí solo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta....

Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tu no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa si quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena


Si lo piensas bien, hacer que las cosas estén en su sitio no es tan difícil, ¿verdad?